BLOG: La vieja de historia

Otra forma de entrar al mundo del ballet

¿Cómo bailar Albrecht en Giselle? La historia de Nureyev y Baryshnikov: 2 bailarines pensantes.

¿Cómo bailar Albrecht en Giselle? La historia de Nureyev y Baryshnikov: 2 bailarines pensantes.

por Prof. Mag. Lucía Chilibroste

 

Nureyev y Baryshnikov fueron alumnos del mismo maestro, Alexander Pushkin, quien además fue maestro de una inmensa generación de artistas de ballet. ¿Casualidad que dos de los mayores bailarines de la historia hayan sido formados por el mismo maestro? Mmm… no creo.

 

Uso intencionalmente la palabra artistas y no bailarines, porque Pushkin formaba más que bailarines… Baryshnikov solía decir que los impulsaba a ser unos “bailarines pensantes”, en el sentido que más allá de enseñarles una técnica para ejecutar los pasos, debían de trabajar en las construcciones de sus personajes, elaborar qué personaje querían ser… qué Albrecht, Basilio o Sigfrido iban a ser. 

Y siento que si como maestro, bailarín o público nos acercamos a un ballet o un rol desde esa mirada… pueden surgir tantas cosas tan diferentes.

Para intentar ser más clasra hacia donde quiero ir te pongo un ejemplo de Nureyev y Baryshnikov en la escena de la locura del ballet Giselle sobre lo que estuve hablando el pasado sábado en el Museo de Arte Contemporáneo de Atchugarry en Punta del Este (MACA) en donde nos centramos en sólo unos minutos del ballet, y en cómo grandes artistas abordaban esa escena…

 

Aclaración por las dudas… partimos de que los dos son unos monstruos de la danza y que la técnica y los pasos lo manejan a la perfección. No es eso lo que quiero traer, sino “lo otro”, esos detalles, esas diferencias que traspasan los pasos, se desprende de la técnica y te explota el alma.

 

NUREYEV - ALBECHT

Ante la famosa escena de la locura, donde Giselle es el centro y Albrecht hasta entonces típicamente representado por Sergeyev reaccionaba hacia su muerte con una pantomima que para muchos podría resultar sobreactuada (y ojo que Sergeyev era un grande), Nureyev decide quedarse inmóvil ante su Giselle moribunda. En su estreno, junto a la gran Irina Kolpakoova (esa maestra que siempre aparece en los videos del ABT), parece que las miradas se centraron en él y no por lo que hacía, sino precisamente por lo que no hacía, ya que había quedado inmóvil. Así nos cuenta una de sus biógrafas (la mejor creo) Julie Kavanagh; en la que toma el testimonio de Olga Moiseyeva quien le preguntó más tarde: "Rudik, ¿por qué no hiciste algo? Se está muriendo". "Lo sé", respondió. "Decidí no hacer nada porque no sentía nada". "Con él no había falsedad en el escenario, y como resultado, el impacto emocional fue estremecedor."” (Julie Kavanagh; Nureyev. Teh Life; 2007; p.85)

Algo parecido había hecho Nijisnky, quien mientras Karsavina moría él quedó pensativo y mordiéndose las uñas.  

En los fragmentos de esta versión lo vemos junto a la inmensa bailarina Carla Fracci. Aunque pertenece a unos años más tarde, vemos que la construcción de su Albrecht se mantiene

 

 

BARYSHNIKOV - ALBRECHT

Baryshnikov, Misha para nosotros ja ja nos cuenta en un súper libro que se llama “Baryshnikov al work. Mikhail Baryshnikov discusses his roles” que el rol de Albrecht fue muy importante en su carrera. El Kirov no creía que él fuese ideal para el ballet ya que “era muy joven y aparentaba ser aún más joven. Mi cuerpo no encajaba en la imagen estilizada de Albrecht. Y nadie estaba convencido de que pudiera lograrlo. Así que tenía algo que demostrarles a los directores y a mí mismo: necesitaba encontrar una manera de bailar y hacer mimo que fuera creíble y convincente, una forma que fuera más espontánea y menos restringida por conceptos preestablecidos” (Baryshnikov; Baryshnikov al work. Mikhail Baryshnikov discusses his roles; 1978; p. 26).

Por eso cuando finalmente le dieron el rol fue muy importante y le dedicó mucho pienso a cómo sería su Albrecht. 

También nos cuenta que “los Albrecht” soviéticos de referencia y que habían marcado los standard hacia los años 30 eran Konstantin Sergeyev en el Kirov y la de Alexei Yermolayev en el Bolshói. A pesar de sus diferencias Baryshnikov señala: “ambos compartían una cualidad fundamental en todas las interpretaciones soviéticas: Albrecht es un aristócrata. Su principal preocupación es su posición social, y su amor por Giselle es, en el mejor de los casos, un capricho algo serio. Albrecht, por implicación o intención, es un oportunista y, por lo tanto, un personaje limitado. En la interpretación estándar del papel, su estatus social y su porte noble son los aspectos más importantes”.

Habían existido 2 excepciones a esta interpretación; la contada de Nureyev y la Nikita Dalgushin, un gran bailarín del Kirov que debutó junto a Natalia Makarova en el rol. Pero cuando él llegó, no estaban ninguno de los 2. No contaba con esas referencias. 

Entonces como bailarín pensante digno discípulo de Pushkin se puso a elaborar intelectualmente el rol. “Descubrí por mí mismo la clave para un posible cambio en toda la arquitectura dramática del papel. Comenzaría con la premisa de que Albrecht realmente ama a Giselle. Esto puede no parecer un cambio tan radical, pero lo era, y sabía que era la única manera en que podría tener éxito en el papel y, utilizando mis propios recursos e instinto, resolver la inconsistencia inherente impuesta por la tradición” (pag. 28)

Y desde ahí comienza su elaboración y así la cuenta: “Para mí, Albrecht está tan enamorado de Giselle que su amor es su perdición. Este amor es tan verdadero, tan perfecto, que no quiere ponerlo en peligro revelando su verdadera identidad. Si Giselle supiera quién es él realmente, su pasión podría ser fácilmente interpretada como una especie de derecho de pernada. Es la honestidad de sus sentimientos lo que lo lleva a su deshonestidad. Pero el destino interviene, y Albrecht es atrapado. Quiero que el público sepa que Albrecht es inocente; no que no sea responsable de lo que ocurre, sino que sus motivos son puros (pag 28)”.

Y por eso tenemos a ese Albrecht que en la escena final se derrumba. Le importa mucho más confesarle su amor a Giselle que su condición social. No tienen que detenerlo para no matar a Hilarión, él mismo se va a detener porque parece casi que preferir morir él.

Aquí lo vemos bailando junto a Natalia Makarova, también unos años más tarde.

 

 

También cuenta, que esta visión sentía que le daba más sentido al segundo acto, en el cual el no llega allí por culpa, sino totalmente roto, con su corazón en la mano a entregarlo lo que ha quedado de este. 

Y miren lo que es esta entrada:

 

Para terminar… quiero insistir que no estamos hablando de saltos, giros ni nada de eso… estamos hablando de ideas, construcciones, reflexiones, experimentos.

Y que en parte estos son posibles porque fueron artistas formados e impulsados en ese camino. Con mucho conocimiento de historia (sino Baryshnikov no hubiera podido pensar lo del derecho de pernada y muchas cosas más) y de otras artes en general.

Por lo que es también un llamado a maestros, bailarines, estudiantes y público a abrir ojos, a ver más, a pensar cómo es Albrecht para ustedes, y no enseñar, bailar o mirar pasivamente. 

 

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